Luego de conseguir el cofre en la última incursión a las profundidades del túmulo-monasterio, el grupo se dirigió la capital del reino, para contratar a alguien que pudiera abrir el cajón de extraño material y verificar si, finalmente, habían conseguido la dichosa gema.
Alrededor de tres semanas de viaje más tarde, arribaron a la amurallada ciudad. Contactaron con el Templo de Pelor lo antes posible, entregando el cofre, y después averiguando que, efectivamente, habían conseguido la gema. Cada uno cobró una suma de monedas de oro por su trabajo, y la bendición de la iglesia del dios del sol. Luego de unos merecidos días de descanso, los aventureros se juntaron por última vez, para despedirse y partir caminos. Algunos siguieron aventurando, matando monstruos, por oro o por fama, unos teniendo cierto éxito, otros desapareciendo en las tierras salvajes o en algún oscuro y olvidado abismo. Algunos dejaron la vida de espada de alquiler, retirándose con el dinero que habían acumulado, y viviendo comodamente por un tiempo.
Asi concluyen los relatos de este grupo de guerreros y conjuradores, héroes y asesinos, mercenarios y saqueadores, hacedores del bien y malhechores.
22/7/10
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que final jaja
ResponderBorraresperamos que todo termine asi de bien con los guerreros de la nueva campaña
(y con la menos cantidad de muertes de nuestro lado)